fidel castro 1 de mayo
Experiencias Históricas

Fidel Castro. Un discurso del 1 de Mayo con “clase” y para ella, ….

(… nuestra clase)

No podemos dejar pasar esta fecha tan señalad en El Flamenco Rojo, y para esto, nada mejor que un extracto de uno de los gloriosos discursos del Comandante Fidel Castro Ruz. Compartimos también, para amenizar aún más la lectura, una canción del trovador de la Revolución Carlos Puebla.


Distinguidos visitantes de América Latina y de todo el mundo; Combatientes de las Fuerzas Armadas del pueblo;

Trabajadores:

Llevamos catorce horas y media de desfile.  Creo que solo un pueblo invadido de tan infinito entusiasmo es capaz de soportar semejantes pruebas. […]

Y este 1º de Mayo dice ya mucho, dice mucho de lo que ha sido hasta aquí la Revolución, dice mucho de lo que ha logrado hasta hoy la Revolución, y quizás no nos diga tanto a nosotros mismos como a nuestros visitantes.  Nosotros hemos sido testigos, todos los cubanos, de cada uno de los pasos de la Revolución, y quizás no alcancemos a darnos cuenta tan, cabal de lo que hemos avanzado, como lo pueden comprender quienes nos visitan; sobre todo, los que nos visitan procedentes de América Latina (Aplausos), donde ellos viven todavía hoy un mundo muy parecido al que nosotros vivíamos ayer.  Y es como si se transportaran de todo aquel pasado que nosotros conocemos demasiado bien y se situaran de repente en este presente de nuestra Revolución, con todo lo que tiene de nuevo y lo que tiene de extraordinario con respecto al pasado.  No nos corresponde a nosotros, ni es lo que intentamos esta noche, resaltar el mérito de lo que hayamos hecho; simplemente queremos situarnos en el punto en que nos encontramos en este momento.  Hoy hemos podido contemplar lo que ya es fruto genuino de esta Revolución.

En este 1º de Mayo, tan distinto de aquellos primeros de mayo, tan distinto sobre todo porque antes aquella fecha era la ocasión en que cada sector obrero expresaba sus demandas, sus ansias de mejoramiento frente a quienes eran sordos por completo a los intereses de su clase, frente a los que no podían ni siquiera responder ni acceder a ninguna de aquellas demandas fundamentales, porque no gobernaban para el pueblo, no gobernaban para los obreros, no gobernaban para los campesinos, no gobernaban para los sectores humildes del país; gobernaban solo para los privilegiados, gobernaban solo para los intereses económicos dominantes.  Y como para hacer algo en favor del pueblo, para hacer algo en favor de los campesinos y de los obreros, había que lesionar de algún modo a aquellos intereses que realmente ellos representaban, de ninguna forma podían acceder en lo fundamental a ninguna justa demanda del pueblo.  Y aquellos desfiles eran un día de expresión de la queja y de la protesta de los trabajadores.

Sin embargo, qué distinto ha sido este desfile de hoy, qué distinto incluso a los primeros desfiles después del triunfo de la Revolución, y cómo este desfile de hoy nos muestra todo lo que hemos adelantado (Aplausos)

Ya los obreros no tienen que someterse a aquellas pruebas, ya los obreros no tienen que implorar a los oídos sordos de los gobernantes, ya los obreros no están sometidos al dominio de ninguna clase explotadora, ya los obreros no tienen al frente del país un gobierno al servicio de los intereses de los que explotaban a su clase, ya los obreros saben que todo lo que la Revolución hace, todo lo que el Gobierno hace o pueda hacer, tiene un solo y exclusivo propósito, y es ayudar a su clase, ayudar a su pueblo (Aplausos)

*

Y es que dondequiera veíamos ya los frutos de la Revolución, porque los primeros que desfilaron en el día de hoy fueron precisamente los niños de la ciudad escolar “Camilo Cienfuegos” (APLAUSOS).  Y hemos visto desfilar por aquí a los pioneros (Aplausos) con la sonrisa de la esperanza, la confianza y el cariño; hemos visto desfilar a los Jóvenes Rebeldes (APLAUSOS); hemos visto desfilar a las mujeres de la Federación (Aplausos); hemos visto desfilar a un sinnúmero de escuelas creadas por la Revolución (Aplausos); hemos visto, así, desfilar estudiantes de inseminación artificial (APLAUSOS) que, en número de 1 000, procedentes de las 600 cooperativas cañeras, están estudiando en la capital de la República (APLAUSOS); hemos visto desfilar jóvenes humildes del pueblo, con sus uniformes del centro escolar donde se están preparando para ser representantes diplomáticos en el futuro de nuestro país (APLAUSOS); hemos visto a los alumnos de las escuelas que albergan a jóvenes campesinos y campesinos de la Ciénaga de Zapata, el lugar que precisamente escogieron los mercenarios para atacar a nuestro país (Aplausos); hemos visto desfilar a miles y miles de campesinas que están estudiando también en la capital, procedentes de los rincones más apartados de nuestra isla, de las montañas de Oriente o de Las Villas, o de las cooperativas cañeras o las granjas del pueblo (Aplausos); hemos visto a las jóvenes que estudian para asistentes de los círculos infantiles (Aplausos). […]

Y, ¿cómo habría sido posible sin una revolución?; y, ¿cómo es posible comparar esté presente con todo lo de atrás?; y, ¿cómo es posible no emocionarse cuando se ve marchar las filas interminables de obreros primero, de atletas después, de milicianos luego?; y cómo a veces marchaban confundidos, obreros, atletas y milicianos, y pensar que, al fin y al cabo, obreros, atletas, milicianos y soldados son la misma cosa (APLAUSOS) […]

*

Por eso, en aquella ocasión en que se reunió un millón de cubanos para proclamar la Declaración de La Habana, en aquel documento se expresó el pensamiento que constituye la esencia de nuestra Revolución, de nuestra Revolución socialista (APLAUSOS), cuando aquella asamblea general declaró que:

“Condena el latifundio, fuente de miseria para el campesino y sistema de producción agrícola retrógrado e inhumano; condena los salarios de hambre y la explotación inicua del trabajo humano por bastardos y privilegiados intereses; condena el analfabetismo, la ausencia de maestros, de escuelas, de médicos y de hospitales, la falta de protección a la vejez que impera en los países de América; condena la discriminación del negro y del indio; condena la desigualdad y la explotación de la mujer; condena a las oligarquías militares y políticas que mantienen a nuestros pueblos en la miseria, impiden su desarrollo democrático y el pleno ejercicio de su soberanía; condena las concesiones de los recursos naturales de nuestros países a los monopolios extranjeros como política entreguista y traidora al interés de los pueblos; condena a los gobiernos que desoyen el sentimiento de sus pueblos para acatar los mandatos de Washington; condena el engaño sistemático a los pueblos por órganos de divulgación que responden al interés de las oligarquías y a la política del imperialismo opresor; condena el monopolio de las noticias por agencias yankis, instrumentos de los trusts norteamericanos y agentes de Washington; condena las leyes represivas que impiden a los obreros, a los campesinos, a los estudiantes y a los intelectuales, a las grandes mayorías de cada país, organizarse y luchar por sus reivindicaciones sociales y patrióticas; condena a los monopolios y empresas imperialistas que saquean continuamente nuestras riquezas, explotan a nuestros obreros y campesinos, desangran y mantienen en retraso nuestras economías y someten la política de la América Latina a sus designios e intereses.

“La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba condena, en fin, la explotación del hombre por el hombre, y la explotación de los países subdesarrollados por el capital financiero imperialista.

“En consecuencia, la Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba proclama ante América:

“El derecho de los campesinos a la tierra; el derecho del obrero al fruto de su trabajo; el derecho de los niños a la educación, el derecho de los enfermos a la asistencia médica y hospitalaria; el derecho de los jóvenes al trabajo; el derecho de los estudiantes a la enseñanza libre, experimental y científica; el derecho de los negros y los indios a ‘la dignidad plena del hombre’; el derecho de la mujer a la igualdad civil, social y política; el derecho del anciano a una vejez segura; el derecho de los intelectuales, artistas y científicos a luchar, con sus obras, por un mundo mejor; el derecho de los Estados a la nacionalización de los monopolios imperialistas, rescatando así las riquezas y recursos nacionales; el derecho de los países al comercio libre con todos los pueblos del mundo; el derecho de las naciones a su plena soberanía; el derecho de los pueblos a convertir sus fortalezas militares en escuelas, y a armar a sus obreros, a sus campesinos, a sus estudiantes, a sus intelectuales, al negro, al indio, a la mujer, al joven, al anciano, a todos los oprimidos y explotados, para que defiendan, por sí mismos, sus derechos y sus destinos.

“La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba postula:

“El deber de los obreros, de los campesinos, de los estudiantes, de los intelectuales, de los negros, de los indios, de los jóvenes, de las mujeres, de los ancianos, a luchar por sus reivindicaciones económicas, políticas y sociales; el deber de las naciones oprimidas y explotadas a luchar por su liberación; el deber de cada pueblo a la solidaridad con todos los pueblos oprimidos, colonizados, explotados o agredidos, sea cual fuere el lugar del mundo en que estos se encuentren y la distancia geográfica que los separe.  ¡Todos los pueblos del mundo son hermanos!”  (APLAUSOS.)

Este es el programa y la esencia del pensamiento de nuestra Revolución socialista, que hoy repito en este día de triunfo, y de éxito y de esperanza para la clase obrera de nuestro país.

¡Viva la clase obrera cubana!

¡Vivan los pueblos hermanos de América Latina! 

¡Viva la liberación de América Latina! 

¡Viva la redención del hombre! 

¡Viva América! 

¡Viva la patria! 

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

Fidel Castro, 1 de mayo 1961


Discurso completo: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961/esp/f010561e.html

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