luchar contra lo imposible
Experiencias Históricas

26 de julio o de cómo accionar la victoria

“Es preciso accionar un motor pequeño para ayudar a arrancar el motor grande”

Esta era la divisa de lo que se elaboraba con absoluta discreción en los meses previos al Asalto al Moncada el 26 de julio de 1953, que muchos señalan como el comienzo de la Revolución Cubana.

“Seleccionamos un pequeño grupo ejecutivo para llevar a cabo las actividades más secretas y delicadas: Abel Santamaría, Raúl Martínez y yo…” relató posteriormente Fidel. La coordinación incluía dos sectores: uno militar, bajo su mando, y otro civil, a cargo de Abel Santamaría. No llegaron a estipular cuándo se realizaría la acción, pero sabían que se iniciaría en oriente, en cuanto juzgaran que el grupo se hallaba listo. El Moncada era la segunda fortaleza militar del país en importancia y su distancia de la capital dilataba el tiempo de llegada de refuerzos. Una vez tomado el armamento, los cuarteles serían abandonados, por carecer de medios de defensa antiaérea. A continuación, pensaban controlar con relativa rapidez los destacamentos locales de la policía y la marina, y después utilizar las emisoras de radio para difundir un llamamiento a la huelga general. Pretendían divulgar, también por radio, el Manifi esto del Moncada a la Nación, además de leer poemas, entonar himnos y repetir el último discurso de Chibás.“Evaluábamos dos variantes: la primera, tratar de provocar el levantamiento nacional para derrocar a Batista; la otra, en el caso de que fallara la principal o de que Batista reaccionara con fuerzas superiores en Santiago, consistía en marchar a las montañas y allí proceder a una guerra irregular…”, recordó Fidel. (1)

La organización minuciosa, el contacto y reclutamiento de jóvenes de distintas organizaciones, la disciplina y, por supuesto, la formación, fueron piezas claves del entramado que hizo posible la memorable fecha. “Si nosotros no hubiéramos estudiado marxismo, si no hubiéramos conocido en los libros la teoría política de Marx, y si no hubiéramos estado inspirados en Martí, en Marx y en Lenin, no habríamos podido ni siquiera concebir la idea de una revolución en Cuba, porque con un grupo de hombres ninguno de los cuales pasó por una academia militar no puedes hacer una guerra contra un ejército bien organizado, bien armado, instruido militarmente, y obtener la victoria partiendo prácticamente de cero.” (2)

(1) Furiati, Claudia. Fidel Castro, La historia me absolverá. Ed Plaza y Janés. Barcelona, 2003

(2) Ramonet, Ignacio. Fidel Castro, Biografía a dos voces. Ed Debate. Barcelona, 2006

(Publicado en Cuba+ edición nº 8, julio 2014)

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