
Planificación o barbarie. Poner al pueblo en el centro de un progreso que no está en nuestras manos
En Italia, cuarta economía de la desarrolladísima Unión Europea, el sistema sanitario está tan sobrepasado que ya se ha establecido un criterio de aceptación de pacientes (¡!) en la UCI. Tener menos probabilidades de sobrevivir al virus (como tener más de 80 años o patalogías previas) supondrá no tener acceso a cuidados intensivos. Pasarán la enfermedad (o no, desgraciadamente) en su casa. Los que tengan casa, claro. Cómo será la situación, que el liberal gobierno de Lombardía ha pedido ayuda a los médicos de Venezuela, Cuba y China. La crisis no ha respetado al rico norte italiano… ni sus valores.
En Inglaterra, una de las primeras potencias mundiales, ya han asumido su “incapacidad de contener el brote” (sic) y han dejado de lado las medidas de prevención más contundentes para mejor contener un desplome económico que viene incubándose antes que el propio virus que lo ha detonado. Según numerosos científicos, la estrategia inglesa supondrá el costo de (al menos) decenas de miles de vidas. Probablemente centenares de miles.
Toda esta deshumanización burguesa, que tan impropiamente casaría con esas históricas ideas humanistas que (eso dicen) nos unen como europeos, contrasta con la “subdesarrollada” Cuba. Allí tienen garantizada la producción de los mismos 22 medicamentos (uno de ellos de manufactura cubana) que ha seguido el protocolo sanitario chino y que, junto con el resto de medidas tomadas por el Estado, han posibilitado un receso de las muertes y de contagios.
Y hablando de China. Nos faltan líneas para abarcar la ejemplar gestión sanitaria de un país que tiene casi 1.400 millones de habitantes y al que la Unión Europea (con 512 millones) en breve superará en número de contagios.
Desde luego, no vamos a negar el enorme desarrollo económico-tecnológico occidental y el contraste con la insuficiencia existente (y externamente impuesta) en los llamados países del tercer mundo, incluidos los socialistas. Tampoco vamos a olvidar que el uno viene de la mano de la otra; o más bien, que existe el primero a costa de la segunda. Lo que se pone en cuestión es: ¿dónde queda todo ese progreso? ¿No demuestra acaso la planificación socialista (en países que han sido históricamente vasallos de occidente) una superioridad aplastante respecto a los países más “avanzados” en lo que se refiere al modelo económico-social que ha de conducir el futuro de la humanidad? Esta superioridad no es una frase, es la imposición de una realidad asumida por ellos mismos por la vía de los hechos, como el citado ejemplo lombardo. Se impone entonces tomar en nuestras manos esa planificación económica y acercarnos a esos países en términos de desarrollo… humano. No solo será más racional nuestra forma de vida, sino que dejaremos de amargársela a esos países históricamente “periféricos” con bloqueos y boicots que se les viene imponiendo desde que osaron vacunarse contra la barbarie imperialista que impone el capital financiero y monopolista internacional hoy en clara bancarrota.
El Flamenco Rojo
Fuentes:

Virus se escribe en plural

SPIRIMAN: LA INSOPORTABLE LEVEDAD DE SER… UN FRÍVOLO
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